Por la pandemia de COVID-19, más de 13 millones de personas con ingresos medios y altos cayeron al grupo de menores ingresos, según datos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Se trata de población que, en general, ganaba lo suficiente para vivir bien, sin apuros graves pero tampoco en la riqueza, y que ahora “pasó a la pobreza laboral”, señaló el director especializa en desarrollo social con equidad de CEEY, Rodolfo de la Torre.
El organismo presentó la semana pasada el cuarto número de su boletín Movilidad Social en el Mercado de Trabajo. Mediante una conferencia de prensa en línea, Rodolfo de la Torre dio a conocer que, respecto al 2019, en 2020 hubo más personas que descendieron de nivel socioeconómico y menos trabajadoras y trabajadores que lograron ascender.
Lo anterior quiere decir que más gente quedó atrapada en la pobreza laboral.
En 2020, la movilidad considerada de “no pobre a pobre” baja de “no pobre a pobre” incrementó a 20 por ciento.
En 2019 esa población representaba el 17 por ciento y en 2018 era el 18 por ciento. Al mismo tiempo, el que subió de pobre a no pobre fue menor; el 2020 fue de 16 por ciento, en tanto que en 2019 llegó a 19 por ciento.
El director ejecutivo de CEEY, Roberto Vélez Grajales, dijo que lo que esto nos muestra es “la poca estabilidad de los ingresos laborales” que tenían las personas en México y que se ahondó en 2020 por la COVID-19.